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SEMANA SANTA

Una procesión de Semana Santa
es mi cuerpo;
una pasión que se llora,
un ser que se pierde,
el aniversario de una muerte.
Cinco mil manolas ataviadas con mantillas
huelen a maquillaje y a vela en mi cuerpo.
Otros miles de verdugos
con capirote morado
sellan mi sentencia sin mostrar sus rostros
en el anonimato
de una colectividad corporal
que se vuelve contra mí
aún siendo mía.
Una tarima de madera es mi corazón
donde se suben a taconear mis pánicos,
donde se ríen de mí unos niños
haciendo teatros,
donde pisan la uva los licoreros
que alimentan mis noches de evasión.
Una tarima de madera
sin espectadores,
con un público inventado
por mi desesperación,
por mi desengaño.
Un incensiario que pendula
es mi órgano vital.
Un incensiario que bombea humo
en vez de sangre,
que me priva de vitalidad,
que me entumece la carne.

8 comentarios

belen -

muchas gracias por los ànimos, nunca mejor dicho, seguro que en mi escenario hay sitio para todos, de todos modos una tarima de madera tambièn tiene su encanto, màs acogedora y para bailes, entre amigos, ji, ji, muac!

Es mi historia? -

Mentira!!! necesitas gafas, pq público es lo q sobra...seguro q mas de uno tienes a tu alrededor...
Un saludo.

miramar -

¿Seguro que tu corazón es una tarima de madera?...

Yo más bien creo que, en todo caso, es un gran escenario de un gran teatro ;)

silvia -

ya se apaño la pagina poetisa.yo tampoko te escuche ronkar...(kre ke fue por el sonido de mis ronkidos)jeje

la hora de las brujas -

¿Qué dices? Yo no he oído nada, serán imaginaciones tuyas...;)

vito -

¡Oleee....!

belen -

amooreeee! maitechu me has oído roncar esta noche. muac

la hora de las brujas -

Una tarima de madera?Se te queda pequeña, porque has olvidado meter a la cantidad de gente que quiere estar ahí...Besos!